Un viaje como realmente NO esperaba

Buenas, voy a contarles algo realmente alucinante que me sucedió. Un viaje como realmente NO esperaba. Todo el mundo me había hablado de que con las setas alucinógenas tienes una percepción transformada de la realidad (o quizás la realidad tal cual es), amplificación de los sentidos y un sentimiento de paz que te invade
por completo... Pero nadie me habló de lo que voy a exponer a continuación: Antes de nada, un pequeño resumen:
Setas tipo B+, y no más de 2 gramos y medio.

Con unos amigos en una zona algo apartada de la ciudad, pero con gente alrededor.Sabiendo que tenia que ir en ayunas, almorcé un par de filetitos de cerdo con algo de pan sobre las 2 y media de la tarde, y no volví a comer hasta las 6 y media de la mañana... al ir a acostarme.Sobre las 23:00 llegué al punto de reunión donde habíamos quedado, y una vez allí consumí una setita más o menos como un dedo índice de tamaño medio y una cabecita de seta más. Al rato salimos de allí y fuimos a un sitio llamado la Cúpula, donde los sábados por la noche la gente hace botellón etc. Tengo que decir que prefería ir a un sitio más apartado, ya que era mi primera vez y no sabía que viaje iba a tener ni como iba a comportarme.Sobre las 00:00 tomé otro trocito pequeño, como medio meñique delgado (sé que mi forma de medir es muy exacta jaja)Alrededor de las 00:30, pensando ya que aquello no iba a hacerme efecto empecé a notar los primeros síntomas, cosquilleo en los dedos y algunos bostezos. Me coloqué mis cascos y me puse The End, de los Doors y me fui a dar un paseo a alguna zona tranquila. Me senté a ver los coches y, la única diferencia que noté durante este paseo, era que las distancias aunque las veía igual que siempre, parecían larguísimas al caminarlas, pero nada más. Volví con los demás y me tumbé con los cascos aun sonando. Y aquí empezó mi gran viaje.

Esto sería cerca de la 1:00 de la madrugada. Me tumbé bajo esa enorme luna llena de Agosto y empezó a sonar el tema que me acompañaría y me abriría la puerta de todo lo que viví, My Wild Love, también de los Doors. Allí tumbado, con los ojos cerrados y esa melodía en la cabeza empecé a ver. A ver primero el techo de la cúpula que vería si tuviera los ojos abiertos. Los pilares que la sostienen. Me reí y abrí los ojos, desconfiando. Volví a cerrarlos y, al volver a tararear la melodía, como el que canta una nana sin letra (ya con los cascos quitados), volví a ver el techo. Poco a poco fui viendo gente, pero no
la gente que había por allí, gente distinta. Eran unas mujeres de mediana edad vestidas con unos vestidos de tela fina y estampados de flores. Una de ellas se inclinó sobre mi cabeza y, sonriendo, levantó una ceja como preguntando "¿qué estás haciendo?", sonreí y abrí los ojos pensando que alguien me estaba mirando. Pero no había nadie. Decidí volver a cerrar los ojos y no volver a abrirlos.Seguí tarareando esa melodía. Volví a verlo todo como antes. Y al no abrir los ojos todo aquello crecía y veía con más detalle. El suelo era de tierra, el techo de la cúpula parecía un cielo nocturno, y de
repente la misma mujer de antes u otra, no sabría decirlo, se volvió a inclinar sobre mí, me preguntó algo sin mover los labios (no sé el qué) pero asentí con la cabeza. Acercó algo a mi boca, la abri, y lo soltó. Era como una semilla. Se quitó un collar de flores (rollo hawaiano) y me lo puso; y cogió una rosa enorme con las dos manos y me la puso sobre el pecho. Podéis imaginar lo que estaba sintiendo en ese momento.

Poco después se pusieron a bailar a mi alrededor, yo seguía tarareando esa melodía, y vi que sus sombras iban siempre hacia fuera, el color de todo era rojizo... Cai en la cuenta de que yo era una hoguera. Yo era el fuego alrededor del que bailaban.No sabría decir a partir de aquí la hora que era, supongo que habría pasado cerca de una hora desde que empecé a ver el techo por primera vez. Así que digamos que sobre las 2:30 A.M. me incorporé y me senté junto a mis compañeros, aunque con los ojos aun cerrados y la melodia en mis labios. Abri los ojos y me miré el brazo, lo acaricié y mi piel se transformaba, era como de escamas. Era una gran serpiente. Cerré los ojos y vi algo que al principio no supe identificar pero que luego super que era un feto flotando en un vientre enorme. La visión se alejó y vi que estaba dentro de un circulo rojizo, se alejó más y finalmente vi que ese feto estaba en el
centro del mundo. Era el corazón de la tierra. Y comprendí que ese feto era yo.Flotando único en medio del universo.Luego esto dio paso a una conversación interna, una serie de consejos sobre como tomarme la vida, relajarme y disfrutar de lo que voy consiguiendo y no obcecarme con los objetivos y cegarme con ellos.

Me comprendí, me cuidé. Este tipo de visiones desapareció y dio lugar a lo que todos me habían contado, colores vivos, texturas, claridad de los sonidos etc.Sobre las 6 y media volví a casa y comí algo para luego acostarme.Ha sido la sensación más maravillosa que he sentido JAMÁS. Al día siguiente no sentía solo paz, bienestar. Sentía gratitud. Me sentía
privilegiado, elegido. Para mí aquello fue real. No algo que mi imaginación creó... no se bien como explicarlo. Durante el viaje sentía la necesidad de guiar a los demás hacia donde yo estaba, indicarles... pero no hice nada por que era mi primer viaje y algunos de ellos han viajado bastante tanto con hongos como con Ayahuasca...

Tengo que añadir que soy el único que tuvo un viaje así esa noche. Así que mi conclusión es que cada uno viaja lo que quiere viajar. Si vas predispuesto a reirte vas a quedarte en ese estadio, si vas con
miedo vas a mutilar el viaje... Lo malo es que nadie puede elegir qué es lo que quiere. Así que llegar o no a tener un viaje profundo no depende enteramente de uno mismo.En ese entonces no tenía ni idea de las diferentes formas de viajar (ojos abiertos y cerrados) ni nada de eso... Ni sabía que existieran los psiconautas. Y sin saberlo ni buscarlo llegué a ser uno. Se que esto es extremadamente largo... pero no sabría resumirlo. Fue demasiado intenso, espiritual y auténtico.

Salud!